La Criminalística Hoy
Articulo publicado originariamente por el autor en "Criminología y Justicia", Revista electrónica española.
Resumen: La Criminalística, hoy en día, es una ciencia que goza de plena
autonomía científica respecto de las demás áreas del saber humano. El hecho de
que muchos de sus conocimientos puedan aplicarse a la resolución de problemas
legales o criminológicos no significa que estos sean parcela privativa de esos
fueros. El conocimiento criminalístico representa una gran herramienta teórico-metodológica
útil para muchas actividades humanas, dentro de éstas, la solución de conflictos e incertidumbres
científicas en general.
Palabras Clave: Criminalística, Ciencia,
Interdisciplinariedad, Resolución de conflictos e incertidumbres científicas.
A Manera De Introducción
Una de las ciencias del
conocimiento humano que, indudablemente, coadyuva a la mejor consecución de una
correcta administración de justicia, premuniendo de “pruebas” a nuestros magistrados y operadores de justicia, es, sin duda, la Criminalística. Esta disciplina, con rango de ciencia, permite aplicar contenido y
métodos de diferentes disciplinas en
aras de una mejor explicación de los hechos, confiriendo, merced a su estudio y
análisis, a los simples indicios la
calidad de pruebas. Constituye, entonces, un hecho innegable que esta fecunda
ciencia, sea una de las que mejor ofrece, al Derecho en general y al Ius Puniendi, en particular, esa
información útil, tendiente a resolver el proceso. Con su concurso, señala el
derrotero en la búsqueda y obtención de la prueba: las evidencias recogidas en el
escenario de los hechos. De la mano de
esta peculiar ciencia, catalogada como disciplina sui generis (Policía
Nacional del Perú, 2010:1),
los peritos forenses ofrecen a la administración de justicia, esa “verdad”
que sin su concurso haría más difícil la materialización del ideal de justicia:
su correcta impartición por parte de nuestros magistrados. Su auxilio (no
entendido en el sentido peyorativo defendido por infinidad de tratadistas –como
quien secunda o no representa un papel protagónico–; sino como aquel que ofrece
a otro la ayuda, el auxilio y los medios para resolver sus problemas, por ser éste
impotente o por no poder hacerse de los mismos por cuenta propia) permite el
empoderamiento de los operadores de justicia con los elementos necesarios (información
pertinente y/o evidencia física legalmente obtenida), a efectos de que con
ellos puedan acceder a la “verdad” oculta de los hechos…la tarea de la
Criminalística, sin embargo, no se agota en las explicaciones sobre los hechos
cometidos por el crimen, su utilidad va más allá de esto: ofrece explicaciones
de diversos fenómenos a todas las instancias que requieran su concurso.
Enunciada, así, la importancia
de la ciencia criminalística, el propósito del presente trabajo estriba en
dilucidar su naturaleza científica, señalar los métodos que utiliza, y finalmente
ofrecer una nueva perspectiva desde la cual ver y comprender el quehacer del
perito criminalístico, no sólo como “auxiliar”
de la justicia (toda vez que esta es tan sólo una de las aristas, ni siquiera
la más importante, en las que su saber puede ser utilizado) sino como ente importante
en el desarrollo social, facilitando la resolución de conflictos e
incertidumbres en general.
Acercamiento Conceptual
Muchos han sido los intentos
suscritos a definir la presente disciplina. Gran parte de estos la relegaban a
ser una simple disciplina “auxiliar”, un apéndice, del Derecho Penal (Así, Moreno González, 2005: 175; Zaffaroni, 1998: 273, 274; Sandoval Smart,
1948:9; Ladislao Thot,
en Policía Nacional del Perú, 2010:2;
Montiel Sosa,… entre otros); por otro lado, otros autores confundieron su naturaleza con
los conocimientos de la Medicina Legal, señalando que su objeto se fundaba
en el estudio de las técnicas médicas y
biológicas usadas en la investigación criminal sobre las huellas y los objetos
de los hechos delictuosos (Así, López
Gómez y Gisbert Calabuig, en Policía
Nacional del Perú, 2010:2); otros teóricos, en similar talante, negándole a los vestigios biológicos su
importancia en el esclarecimiento de los hechos, concebían a la Criminalística
como un conjunto de conocimientos técnico científicos aplicados a la función
judicial de la investigación criminal y, del estudio de la prueba indiciaria
constituida por los vestigios materiales de naturaleza no biológica (Así, Filho
del Picchia, en Policía Nacional del Perú, 2010:2) ; y,
finalmente, no pocos doctrinarios pretendieron integrar el saber criminalístico
dentro del ámbito de la Criminología (Así, Carro Fernández, 2008:9), considerándola, asimismo, componente de la
llamada “Síntesis Criminológica” (Así, Rodríguez
Manzanera, 1981: 60).
Hoy por hoy, debemos de
alegrarnos que definiciones mucho más acordes con el avance del conocimiento
científico hayan dejado de lado, y para bien, los anteriores intentos
reduccionistas y auxiliaristas que defendieron la idea de una Criminalística
como parcela del Derecho Penal o de la Criminología, o que, en alguna medida,
enarbolaron una reducida y mutilante idea de su ámbito de aplicación. Dentro de
los más autorizados tratadistas de estas nuevas corrientes encontramos a Gisbert Calabuig
(1992: 975) –quien tras haber reformando su primer y poco acertado concepto,
afirma que “la Criminalística es la ciencia que estudia los indicios dejados en
el lugar del delito, gracias a los cuales se puede establecer, en los casos más
favorables, la identidad del criminal y las circunstancias que concurrieron en
el hecho delictivo”–, Aguilar Ruiz (2005:
181) –para quien la Criminalística analiza indicios y evidencias, es
decir, todos los objetos relacionados con la escena del crimen con el fin de
identificar quién es la víctima y el victimario– y a Nieto Alonso (1998: 17) –que en igual talante, la define
como aquella disciplina encaminada a la determinación de la existencia de un
hecho criminal, a la recogida de pruebas e indicios y a la identificación de
los autores mediante la aplicación de métodos científicos de laboratorio, así
como a la elaboración de los informes periciales correspondientes–.
De otra parte, Rodríguez Regalado (2006a: 181) prestigioso jurista y perito
criminalístico peruano, en una feliz tarea integradora del saber criminalístico
de la época, bajo la premisa de que este conocimiento no sólo es aplicable al
quehacer del Derecho Penal, sino que puede ser extensivo a las diferentes ramas
del Derecho y hasta incluso a las actividades particulares de los individuos –actividades
que por cierto nada tendrían que ver con procesos o delitos–, afirma que la
Criminalística es la “ciencia mediante la cual se procede al examen de indicios
y evidencias de diverso origen y naturaleza, por parte de expertos forenses,
con el objeto de plasmar la información obtenida en un pronunciamiento pericial
que sirva de ilustración para un proceso judicial, administrativo o de índole
particular”.
Sin
detrimento, ni menoscabo de los conceptos anteriormente enunciados, nosotros
sostenemos que la Criminalística es la
ciencia de carácter empírico e interdisciplinario, que mediante la integración
de diversos métodos y técnicas estudia, verifica, examina y analiza vestigios,
indicios y evidencias de toda índole y origen, en y/o dejados por cualquier
individuo –sea éste presunto culpable de la comisión de un delito, o un sujeto
totalmente ajeno a cualquier tipo de proceso judicial–, organismo u objeto a
efectos de determinar las circunstancias, medios e individuos implicados en el hecho que dio lugar a su estudio e
intervención. La
Criminalística, así entendida, es una ciencia aplicada que, valiéndose de
peritos en determinada materia, emite y plasma sus hallazgos en el, bien
llamado, informe pericial a efectos de que su concurso pueda coadyuvar a un
mejor entendimiento de los sucesos por parte de los operadores de justicia, en
procesos judiciales en general, en procesos administrativos o, que sus
hallazgos puedan ser utilizados por cualquier individuo en particular, para
cualquier asunto particular.
A diferencia de las anteriores definiciones,
la propuesta por nosotros intenta responder a una imagen más vigente y moderna
de la Criminalística, en plena armonía con los conocimientos y tendencias
doctrinarias que la ciencia actual exige. Esta definición pretende respetar,
consecuentemente, la esencia dada por los teóricos clásicos, conjuncionándola
con los avances modernos del conocimiento, esto sin desnaturalizar ni
menoscabar la esencia misma de su objeto de estudio.
la
Criminalística y su Objeto de Estudio
La
Criminalística, como se dijo, estudia, examina y analiza
vestigios, indicios y evidencias (Aguilar Ruiz, 2005: 181) de
toda índole y origen en y/o dejados por cualquier individuo u objeto; el objeto de su estudio, en
consecuencia, se circunscribe a esta tarea.
Así,
la labor del criminalista estaría abocada hacia (Desimoni, 1995:137):
a) Una labor de recolección de indicios previa, a efectos de ubicar
los datos que son menester para develar el enigma, la cual puede ser
complementada con;
b) Un trabajo de inteligencia tendiente a comprobar situaciones que
el criminal en todos los casos –salvo el supuesto de flagrancia– procura
ocultar para lograr su impunidad.
Siendo,
asimismo, las tareas fundamentales de estudio de la Criminalística, (Rodríguez Regalado, 2006b: 57):
a) Examinar el escenario en
donde se han producido los hechos que se investigan.
b) Examinar indicios y
evidencias que tiendan a la identificación de personas y objetos vinculados con
los hechos investigados.
c) Examinar indicios y evidencias
de interés forense.
d) Examinar indicios y
evidencias que no siendo de interés forense, necesiten ser explotados por los
métodos y procedimientos de las áreas propias de la Criminalística.
e) Identificar plenamente a
los sujetos materia de investigación criminalística.
Para la
mejor consecución de estas tareas, el perito forense deberá, consecuentemente,
realizar (Rodríguez Manzanera, 1981: 70):
a)
La
protección, conservación y fijación del lugar de los hechos.
b)
El
levantamiento y embalaje del material sensible.
c)
El
moldeo de huellas respectivo.
d)
Una
investigación dactiloscópica coherente en el lugar de los hechos.
e)
Un
planteamiento metodológico criminalístico en relación con huellas de pisadas,
sangre, semen, pelos, fibras, hechos de tránsito, investigaciones documentales,
explosiones y balística, etc.
f)
La
determinación de los fines, organización y equipo del Laboratorio de
Criminalística.
La
Criminalística como Saber Científico
La
naturaleza científica de la Criminalística hoy en día es un hecho francamente
indiscutible. No obstante su saber haya
sufrido los dramáticos cambios propios del conocimiento y la ciencia en
general, a saber: de ser un simple conjunto de reglas prácticas, empíricas,
hasta convertirse en un conglomerado heterogéneo de conocimientos tomados de
otras ciencias para llenar sus fines (Policía
Nacional del Perú, 2010:3).
En sus inicios, el saber de esta ciencia no podía ser considerado,
“científico”; tan sólo representaba
un conglomerado nada homogéneo de técnicas y métodos de diversas artes y
oficios, constituyendo sólo un conjunto de conocimientos útiles en la
investigación de los delitos y el descubrimiento y verificación de los
culpables. En aquella lejana época, la Criminalística tenía la categoría de
simple técnica, representando un conjunto de conocimientos, pasibles de ser
aplicados a la investigación criminal, sin ninguna sistematización clara y una
indiscutible falta de comprobación empírica.
Es recién a partir del siglo XX, merced a los
aportes de diversos estudiosos interesados profundamente en el desarrollo de
esta ciencia, que la Criminalística logró su “evolución” y se conforma hoy más homogénea y científica.
Así
las cosas, hoy por hoy, la Criminalística se nos presenta como una ciencia de
carácter, fundamentalmente, interdisciplinario –tan similar a la Criminología
que también goza de este peculiar estado–. Esta característica –ser
interdisciplinaria o interciencia– puede, si se adopta la clásica concepción
que se tiene de las ciencias como entes aislados e incomunicados entre sí, sin
embargo, parecer contradictoria. No obstante, una coherente comprensión de la realidad nos obliga a
analizarla como un sistema, en donde sus elementos (el objeto de estudio de las
diversas ciencias) están íntimamente interrelacionados; ergo, lo que
las diversas áreas del conocimiento científico han hecho es, simplemente, dividirla
artificialmente para estudiarla con más facilidad (Solís
Espinoza, 2004: 60).
Un amplio sector de la doctrina actualmente
ubica a la Criminalística en el grupo de
las, bien llamadas, disciplinas fácticas o ciencias empíricas (Moreno González,
2007: 137) de carácter mixto (en virtud a que
integra saberes de las ciencias naturales y sociales), siendo ésta, como bien
lo platean Kedrov y Spirkin, citados por Rodríguez Regalado
(2006a: 181), una Ciencia
técnica.
Ello
significa, en primera instancia; que su objeto de estudio (indicios, evidencias, etc.) se inserta en el
mundo de lo factico, verificable y
mensurable; y no en el de los entes incorpóreos o el de los valores. La
naturaleza empírica de la Criminalística implica, consecuentemente, que ésta
descanse, fundamentalmente, en hechos y
no en meras especulaciones; vale decir, en la observación científica más que en
simples discursos
lógico-simbólicos.
Los
Métodos Criminalísticos
La sucesión de pasos a seguir en aras de
descubrir nuevos conocimientos, comprobar o rechazar hipótesis que expliquen o
predigan conductas de fenómenos, desconocidos hasta el momento, es lo que
comúnmente se conoce como “método
científico”. El método, así concebido, dice Rodríguez Manzanera (1981: 37),es el modo de hacer con orden una cosa, es el
procedimiento que se sigue en las ciencias para conocer su objeto y enseñarlo.
Hoy en día, difícilmente se puede afirmar
que existen métodos propios de las ciencias en general. Actualmente, todas las ciencias modernas participan en mayor o menor grado de
terminologías, conceptos y técnicas de otras ciencias afines (Pérez López; y Santillán López, 2009: 62). Vivimos, por lo tanto, un estadio de
concurrencia interdisciplinaria.
Así, la Medicina es poco eficaz si no se
auxilia de la Psicología y de la Sociología; la Sociología no funciona
adecuadamente si no se apoya en la Psicología y en el Derecho; el Derecho es
obsoleto si no respeta la realidad social y psicológica; es decir, actualmente
para hacer cualquier trabajo serio… se tiene que trabajar
interdisciplinariamente. Lo anterior no solamente acontece en las ciencias
sociales; la Química se integra a la Biología, la Física a la Química, la
Zoología a la Botánica, y ésta a la
Química, etc. (Rodríguez Manzanera, 1981: 37).
Incluso la propia Física (tal vez la ciencia natural más
desarrollada), se sirve de conocimientos obtenidos en disciplinas distintas
aunque vinculadas a ellas. Así, los conceptos “aprendizaje”, “motivación”,
“personalidad”, “psicopatía”, “frustración”, “actitud, “cognición,
“socialización” y “desviación”, entre otros muchos, son compartidos por la
Criminología, la Sociología, la Psicología, etc. Lo que sucede es que las
diversas disciplinas… se interesan por tales conceptos en la medida en que se
relacionan con sus respectivos objetos de estudio. Compartir ciertos conceptos o instrumentos (como cuestionarios,
entrevistas, análisis estadísticos, etc.) con otras ciencias afines no
menoscaba la entidad científica de una disciplina, antes bien la corrobora, ya
que el método científico es esencialmente único (Pérez López; y Santillán López, 2009: 63).
En ese entendido, pretender llegar al
conocimiento pleno y totalizante de cualquier objeto, siguiendo solamente un
camino, a la luz de una sola ciencia, constituye un esfuerzo vano: una auténtica
y verdadera investigación científica necesita hoy, más que nunca, ser
interdisciplinaria. Es por ello que en este momento de la historia científica
ya nadie pierde el tiempo en preguntarse si el Derecho, la Criminología u otra
ciencia, constituyen la base o la
síntesis del conocimiento. Ya nadie se
pregunta si la Criminalística es o no una ciencia “auxiliar”; hoy en día, los
esfuerzos de los académicos se centran en, como bien lo refrenda Rodríguez Manzanera (1981: 41), identificar el problema y proponer las ciencias o disciplinas con las que éste
puede resolverse.
La
Criminalística, así, en su afán investigativo, se nutre de los diversos métodos
que surgen de las diferentes disciplinas: su característica esencial estriba, en
consecuencia, en esa flexibilidad para recurrir a los diferentes métodos que
las demás ciencias le ofrecen. Hemos de reconocer, sin embargo, que el método par excellence en Criminalística es el
denominado “Método Experimental”. Sin
embargo, su aplicación no puede presentarse en estado puro. Debe antes gestarse
una sistemática “observación” de los
hechos; ésta constituye, entonces, el segundo método en materia
criminalística. Por otro lado, la deducción (el método
deductivo), asimismo, es una vía que le
permite al científico criminalístico comprender mejor su objeto de estudio; ergo la verificación constituye, finalmente,
su criterio de verdad.
En ese sentido, el criminalístico o perito
criminalista debe ser considerado un científico, un verdadero hombre de
ciencia que, como la mayoría de los
científicos modernos –que buscan tener
una mejor comprensión del mundo– necesita trabajar de manera
interdisciplinaria. En esta terea, el criminalístico debe de
seguir rigurosamente cada uno de los
pasos que el método científico exige: en primer término, debe recopilar los datos; para ello, requiere de una
observación completa, exacta, metódica, rigurosa y precisa del hecho dirigida a
conocer su naturaleza para así obtener los datos e indicios que posteriormente se
convertirán en evidencia. Seguidamente debe de ordenar los datos recopilados a fin de
descubrir las posibles correlaciones y consecuencias. Asimismo, debe de
formular hipótesis, realizar deducciones, confirmar o rechazar las ya planteadas
inicialmente sobre la base de los indicios y los hechos; finalmente, debe de
resumir todo lo comprobado en términos claros y concretos a efectos de emitir su
conclusión (Aguilar Ruiz, 2005: 181).
Palabras Finales
La
Criminalística, hoy en día, es una ciencia que goza de plena autonomía
científica respecto de las demás áreas del saber humano. El hecho de que muchos
de sus conocimientos puedan aplicarse a la resolución de problemas legales o
criminológicos no significa que estos sean parcela privativa de esos fueros. El
conocimiento criminalístico hoy representa una gran herramienta teórico-metodológica
útil para muchas actividades humanas, dentro de estas, la resolución de conflictos e incertidumbres
científicas en general.
Referencias Bibliográficas
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